EL HORMIGÓN EN LA EDAD ANTIGUA

Hay que remontarse a los orígenes más remotos de la construcción para encontrar los primeros morteros. La necesidad de unir diferentes elementos constructivos, lleva a los nuestros antecesores a idear las primeras“mezclas”

Generalmente se trata de pastas formadas con cales, yesos y arcillas; que serán utilizadas en diversos puntos del mundo. Egipto, China o el imperio Inca cuentan con muestras de estos tipos de uniones. Va a ser sin embargo, en países con mayor presencia volcánica, donde la utilización de cenizas va a desarrollar unos morteros más resistentes. Las faldas del Vesubio, por ejemplo, van a permitir a los antiguos romanos disponer de una importante fuente de cenizas volcánicas. No en vano, la localidad de Pozzuoli da nombre a la Puzolana, el principal ingrediente del cemento hidráulico hasta la aparición del cemento Portland en el siglo XIX.

Unido a esta ventaja material, el desarrollo cultural y el gran volumen de construcción de infraestructuras de la Antigua Roma van a conseguir un hormigón de gran calidad. Uno de los ejemplos más llamativos son las ruinas del muelle de Sebastos (22 A.C-15 A.C), el puerto de CesareaMaritima (actual Israel), donde se han encontrado restos de hormigón con una resistencia superior incluso a la de muchos hormigones actuales. Según cuentan las crónicas se importaron 44 barcos cargados con 400 toneladas cada uno de la puzolana nombrada anteriormente. La obra debió de ser impresionante, ya que se trataba del mayor puerto artificial creado hasta el momento. Para su construcción, se elaboraron unos encofrados especiales de madera. Cada hoja de estos encofrados contaba con doble pared y un fondo, de manera que al ser rellenados, se hundían y clavaban en el lecho del mar, creando una caja que posteriormente se llenaría con el cemento puzolánico, cal y piedra de la zona. La reacción de esta mezcla con el agua de mar hacen de esta técnica un logro rotundo.

Otro de los máximos exponentes de la técnica que alcanzó la ingeniería romana, es el Panteón de Agripa (118-125 D.C.). Sus dimensiones siguen dando escalofríos, en su interior cabe una esfera de 43,44 m de diámetro. La cúpula, que a día de hoy sigue manteniendo su esplendor, está realizada con hormigón y piedra pómez (mucho más ligera que el mármol o el ladrillo.) Parte del éxito estructural deriva de la disposición de los nervios de la propia cúpula formando anillos y casetones. Este sistema de anillos, junto con una sección que se vuelve más esbelta conforme se gana altura; permitía que mientras ésta se construía, fuera totalmente autoportante, ahorrando un considerable tiempo y dinero. Otro de los factores es el de la propia fabricación y transporte del hormigón. Al traerse ya mezclado, parte del agua de amasado se perdía por el camino, con lo cual se conseguían grandes resistencias al reducirse la porosidad del mismo. Además, al verterse en pequeñas cantidades se reducía la retracción del cemento y la aparición de grietas y asientos.

La historia del hormigón en la antigua Roma tiene mucho más capítulos, como el del puente de Trajano sobre el río Danubio, pero por no extendernos mucho más terminaremos el artículo nombrando el tratado de “De architectura” de Vitrubio. Se trata del primer manual dedicado a la arquitectura, abarcando desde aspectos estilísticos a otros más técnicos. Enél Vitrubio dedica un apartado al “opus cementicia”. En él especifica una mezcla de 1 parte de cal por cada 3 de puzolana para el hormigón en tierra y 1 a 2 de cal para el pulvisputeolanus para trabajos bajo el agua.

Desgraciadamente, con la caída del Imperio, la mayor parte de estos logros técnicos caerán en el olvido, y no será prácticamente hasta el siglo XIX cuando se escriben nuevos capítulos de la historia del hormigón.

Autores:

R.Marcos + AJO arquitectos

 

Bibliografía

– M. A. Criado (4 de julio de 2017). «Descubierto el ingrediente secreto que explica la fuerza del hormigón de la antigua Roma»El País. Consultado el 11 de julio de 2017.

– A. Basterra Otero. «Rehabilitación, conservación y construcción de los edificios antiguos». Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valladolid. Valladolid 2012.

–   Ben Guarino (4 de julio de 2017). «Ancient Romans made world’s ‘most durable’ concrete. We might use it to stop rising seas». Washington Post.